por Nuria Jimenez, educadora LiffeyGroup
Firma "invitada " recomendada por Julio Morales
‘El inglés es esencial hoy en día’, ‘Tienes que aprender inglés si quieres seguir trabajando con nosotros’, ‘Si tu nivel de inglés fuera más alto, encontrarías un trabajo con más facilidad’…
Estos
son los típicos comentarios que hacen que algunos de nuestros alumnos comiencen
a estudiar inglés. La mayoría de ellos tienen la ‘necesidad’ de adquirir esa
fluidez en este idioma para mejorar su futuro.
Y
siendo realistas, no es tarea fácil. Muchos de ellos llevan sin estudiar inglés
desde el instituto o la universidad y lo que estudiaron en su día, fue
gramática y vocabulario y no tenía nada que ver con hablar en inglés.
Por
eso, en Liffey intentamos que nuestras clases sean tan interactivas como sea
posible y solemos utilizar toda la tecnología a nuestro alcance por medio de
videos, noticias de actualidad, etc. Lo que pretendemos es que el alumno
‘cambie el chip’ desde el momento en el que entra en clase y aproveche al
máximo cada minuto, comunicándose tanto con sus compañeros como con el profesor
en inglés.
Primeras
impresiones
Este
año, principalmente estoy preparando para el examen ISE II de Trinity y estoy
disfrutando mucho de esta experiencia, ya que la mayoría de mis alumnos tienen
muchas ganas de aprender.
Su
primer día en clase es una mezcla de sentimientos: por un lado, no están
acostumbrados a hablar en inglés, y por otro, hace mucho tiempo que hablaron en
este idioma por última vez. Pero la verdad es que, la mayoría de las veces
entienden perfectamente todo lo que digo aunque hablar les cueste un poco más.
Las
primeras dos o tres semanas son muy importantes porque necesitan ‘refrescar’ lo
que estudiaron hace mucho tiempo y tener una buena base es muy importante para
progresar en un idioma, además de que cometer muchos errores básicos puede
ralentizar el proceso de aprendizaje.
Acostumbrándose
al idioma
Conforme
el tiempo pasa, los alumnos se van dando cuenta de que poco a poco se están acostumbrando
a hablar en inglés, han perdido su miedo a hablar en público y van adquiriendo
nuevas expresiones y poniéndolas en práctica en clase casi sin darse cuenta.
Otro
aspecto a tener en cuenta es la conexión entre ellos y el profesor. Este tipo
de cursos son bastante intensos, nos vemos cuatro días a la semana y llegamos a
saber muchas cosas de sus vidas y ellos de las nuestras. Hablamos sobre
experiencias personales y esto hace que el aprendizaje sea más cercano e
interesante.
¡Ya
casi lo tenemos!
Las
últimas semanas antes del examen los alumnos están muy nerviosos y esto es bastante normal, ya que muchos de ellos se
juegan muchísimo.
Por
ello, solemos repasar todo lo que hemos
visto durante todo el curso, les hacemos exámenes de prueba para que practiquen
con nosotros y les ayudamos a preparar sus portfolios y presentaciones para el
examen oral.
Todo
esto, combinado con que ellos trabajen en casa y estudien puede serles de gran
ayuda en la recta final antes del examen.
Y
finalmente llega el examen, y ese día estamos allí con ellos sufriendo también
un poco porque queremos que tanto su trabajo como individuales, como el nuestro
como sus profesores, de sus frutos y consigan lo que se proponen.
En resumen, podríamos decir que
aprender un idioma extranjero no es nada fácil y lleva su tiempo, pero como
siempre les digo a mis alumnos, con práctica y dedicándole tiempo pueden
mejorar bastante y conseguirlo.
Estos son algunos consejos y
recomendaciones que les pueden ser útiles:
- Intentar
practicar siempre que sea posible.
- Ver
películas, videos musicales, series y programas en versión original con
subtítulos.
- Escuchar
la radio y música en inglés.
- Hacer
listas con los errores más comunes y echarles un vistazo antes de escribir una
redacción para no volver a cometer los mismos.
- Leer
libros, artículos y blogs en inglés relacionados con temas que sean de su interés.
- Y
lo más importante: tener una actitud positiva y no desanimarse si se tarda más
de lo esperado en progresar.
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